martes, 29 de septiembre de 2015

RALLYE VILLA DE TEROR 2015


Eran las ocho de la mañana y yo,  medio dormido veía cómo mi padre enlazaba curvas hasta llegar al cruce de Aríñez, y allí ya me desperté. Ya se notaba ambiente racing en la zona, llantas de perfil bajo, escapes libres, rugidos de motor…se notaba que allí, tiempo después se iba a disputar una vez más el Rallye Villa de Teror.
Y eso que no eran los coches de competición, eran los coches de algunos de los aficionados, que procuraban tener su coche perfecto para ese día. Ese es el entrante de un día de carreras, el hecho de ver auténticas joyas a las que se les dedican horas y horas de trabajo. Lo fuerte vendría después.
Tras acomodarnos y buscar un hueco seguro para verlo todo,  ya estábamos preparados para ver uno de los deportes más espectaculares de nuestro país, y más en las condiciones en las que se iba  a disputar, asfalto mojado y neblina, todo un desafío para pilotos.
Tiempo después y mediante la radio, llegaron las buenas noticias, coche número uno  en pista.
Pasaron tres minutos y ya se podía oír  fugazmente el rugido del motor del Honda Civic de Ángel Marrero;  dejó de oírse, pasa la chicanne y de nuevo se oyen esos 280 CV atmosféricos rugiendo para llegar al cruce; y ahí está, apurando la frenada con los discos de freno al rojo vivo, aprovechando cada centímetro del cruce para marcar el mejor tiempo.
Se fue igual que vino, lo más rápido que pudo. “Él gana el rally”, pensé yo.
Sin mucho tiempo para desglosar su paso por el cruce , ya venía el coche número dos, el Mitsubishi Evo IX (el coche que a priori era ganador, debido a su tracción 4x4, muy efectiva en agua) de Vicente Bolaños; apenas se le oía llegar , debido a su motor “todo turbo”, que lo hacía muy silencioso, excepto en las reducciones, que dejaba una espectacular sucesión de explosiones y petardeos.
Pasa la chicanne, y de nuevo el petardeo, que indicaba que ya estaba a punto de negociar aquel complicado cruce. Tras la brusca frenada, busca el hueco y en ese momento tira del freno de mano, el coche se cruza con ayuda de gas y casi sin darse cuenta, el Mitsubishi trompea irremediablemente. “Que poco agarra el neumático de seco en agua”, debió pensar Vicente, que posteriormente pudo continuar el tramo, pero desde la cuneta se veía que no iba cómodo, que la condición del asfalto no era su favorita.
Tercero, una leyenda viva del automovilismo canario, José María Ponce y su inseparable BMW M3, que disputaba con este mítico coche su penúltimo rallye. Pero lo que se oía desde lo lejos, no era lo esperado. Un rateo de motor muy desagradable empañaba el agradable sonido de BMW Motorsport.  El motor estaba funcionando en tres cilindros, en vez de cuatro; con ello perdía mucha potencia, que tampoco le impedía correr hasta donde podía. Según sus propias declaraciones, intentarían arreglar en la asistencia y reengancharse ya sin opción a podio, pero si a disfrutar de la conducción.
En cuarto lugar salía Miguel Ángel Quintino con idéntica montura a su antecesor. El sonido del BMW se podía percibir desde lo lejos, pero fugazmente. El sonido se intensifica, desaparece y vuelve a entrar a escena a apenas  cien metros del cruce. Apurando la frenada, negocia la curva sin mayores complicaciones, sin arriesgar, sin querer darlo todo. Lógico, era el primer tramo y no llevaba una monta adecuada de neumáticos. Aún así, a la salida del cruce y tras dar gas, el coche derrapa tanto de la parte delantera como la trasera, controlando el viraje sin apenas problemas. Desgraciadamente, en el sexto tramo, llegando a meta tenía un fuerte golpe.
Modesto Martín y Nayra Padilla, cumplían un año desde su debut en rallyes, en esta ocasión con el Porsche 911-996 GT3, un coche poco ortodoxo por su mecánica “todo atrás”, ya que cuenta con motor, tracción y caja de cambios en la parte trasera. Por ello, derrapaba en exceso, al tener todo el peso en la parte trasera ,  esto se unía a una potencia de más de 400 CV, y por lo tanto se convertía en un automóvil algo difícil de pilotar.
Esto no era nada para Modesto, especializado en la modalidad de drift                            ( competiciones de derrapes), que con sus manos realizó espectaculares maniobras en casi todas las curvas de los ocho tramos que se disputaron. Fue espectacular y a la vez efectivo, tanto que ganó dos especiales cronometradas.
Su paso por el cruce de Aríñez no fue menos espectacular; tras apurar la frenada, el Porsche por la inercia, sobreviraba hacia el lado opuesto del cruce y con un toque al freno de mano y un posterior acelerón,  lo colocaba en la dirección correcta, con una bonita cruzada y el motor acelerado rozando el corte.
Vicente Bolaños - Magnolia Herrera - Mitsubishi Lancer Evo IX
  


 Jose Mª Ponce - Carlos Larrodé - BMW M3


 Miguel Quintino - Carlos García - BMW M3




Modesto Martín - Nayra Padilla - Porsche 911-996 GT3



Próximamente, “Rally Villa de Teror 2015 VOL II”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario