sábado, 30 de enero de 2016

TROMPOS, ESPECTÁCULO Y LA MAGIA DE LOS RALLYES








Rally tras rally, tras finalizar la entrega de premios, los primeros clasificados siempre seguían una costumbre: trompear. 
Cuando a un piloto se le entregaba su premio, se dirigía al parque cerrado para dejar su coche, pero antes de aparcarlo y dejarlo allí, los hacían derrapar en la totalidad del área del parque, que solía estar rodeado de centenas de aficionados dispuestos a disfrutar de cruzadas, gomas quemadas y bramidos de motor.

Antiguamente los rallyes eran mucho más largos y duros que ahora, había mayor implicación de empresas que patrocinaban a muchos pilotos pudientes de competir con máquinas relevantes y punteras. Todo ello hacía que la rivalidad y la competitividad en tramo fuera muy alta, y consecuentemente, la tensión y el estrés, también. 
Ricardo Avero, Jose Mari Ponce, Toñi Ponce, Fernando Capdevila, Carlos Alonso Lamberti, Goyo Picar, Luis Monzón, Santi Álvarez,..la cantidad de pilotos punteros y respaldados económicamente por las tabaqueras fue muy grande y todo ello se tradujo en rallys disputados, máquinas efectivas y luchas eternas contra el crono.

Toñi Ponce en plena acción con una de sus monturas fetiche.


La llegada y fin de rallye era el mejor momento para celebrar un buen resultado o para relajar la tensión acumulada. Ahí entraba en escena la potencia, las gomas desgastadas y las manos del piloto para unos minutos de auténtico disfrute tanto del piloto como de la afición.

Relativo al espectáculo siempre se recordará a Jose Mari Ponce con los BMW M3 echando humo, subiéndose de revoluciones, derrapando, haciendo trompos y marcando con sus Michelin el asfalto.
Toñi Ponce no se queda atrás de su hermano, el Galant VR4 era sumamente difícil de hacer derrapar, por su tracción a las cuatro ruedas, pero cuando conseguía "romper la trasera", los trompos eran continuos y realmente espectaculares. Lamberti o Monzón eran auténticos especialistas en trompear los 4x4 y continuar el giro de 360º, con potencia y mucha habilidad.
Jose Mari trompeando con el Sport Evolution.



Desgraciadamente, todo ello quedó prohibido. Cada vez más gente les dio por imitar a los pilotos, pero no se daban cuenta de que para controlar el coche derrapando, todos ellos siguieron las etapas de aprendizaje de la competición. Cuando los aficionados les da por emular algo que no pueden controlar...pésimo resultado. Esto llevó a incidentes, problemas...y por motivos de seguridad se acabaron prohibiendo, e incluso, se establecieron duros castigos al que lo practicara.
Por suerte, todavía podemos disfrutar de la magia de los rallyes de antaño.




CUANDO UN AMIGO SE VA...


"Se ha cerrado la venta del M3 y como dice la canción, "algo se muere en el alma cuando un amigo se va". Un amigo fiel que me ha acompañado desde el año 1991 hasta hoy. Se dice pronto."

Así enunciaba Jose Mari Ponce la despedida del BMW M3 E30, unidad que le acompañado desde hace 25 años y con la que ha podido saborear la victoria en múltiples ocasiones. Una venta que ya se dejaba entrever desde unos meses, e incluso estuvo a punto de concretarse a principios de año, pero finalmente este mes de enero ha  sido el elegido para dejar marchar a uno de los BMW con mayor palmarés a nivel nacional.

Jose Mari Ponce y el BMW en uno de sus "rallys-despedida"

El piloto canario recibió múltiples ofertas por el BMW, pero tanto él como su equipo deseaban que su destino fuera el adecuado para un coche de tal importancia para la afición y el propio piloto. La opción escogida es,sin ninguna duda, la correcta. El coche ha ido a parar a manos de Teo Martín, coleccionista de todo tipo de automóviles de competición tanto de F1, rallyes, circuito o montaña.
Todas sus unidades son coches con historia, modelos ex-oficiales, campeones de España, modelos con participación en el Mundial de Rallyes...Buena compañía para el M3.

Con este coche ya son tres BMW M3 E30 en manos de Martín, puesto que ya posee uno con el que compitió el ya fallecido Pep Bassas y la unidad que ganó el Campeonato de España de Circuitos con Kuru Villacieros tras el volante. Ambas unidades son de las más punteras en España, a las que se sumará el coche de Ponce, que en cuanto a preparación, no tiene nada que envidiar.
El coche de Ponce se construyó a partir de un chasis y carrocería del preparador Delage Sport, y posteriormente se fue evolucionando en Canarias, dando como resultado un motor de 2500 cc, 320 CV, caja de cambios Getrag de 6 velocidades y frenos Brembo de 6 pistones.


Teo Martín (izqda) y J.M. Ponce (dcha), en las instalaciones de Madrid junto a la "familia BMW".


Ya con el BMW en su  colección, el equipo de Teo Martín se encargará de dejarlo en perfecto estado de conservación y equiparlo con piezas originales, para posteriormente exponerlo junto al resto de su colección en un futuro museo. Se espera que la decoración elegida sea la de la tabaquera Camel, patrocinio de Ponce en 1991 y con la que ganó el Campeonato de España de Rallyes, a pesar de que  no ganó el  campeonato con esta unidad. Aún así, se ha elegido dicha decoración puesto que fue la más significativa  tanto para el piloto como para la máquina.


Aspecto exacto del BMW a partir de ahora.

Así se da por finalizado un binomio perfecto de piloto-máquina, espectacular a la par que victorioso. Sin duda un equipo y dos nombres asociados de por vida, el M3 y Jose María Ponce, recordado por aficionados, prensa y demás pilotos rivales.

Cuando una puerta se cierra, una ventana se abre, y con la venta del BMW, Ponce está más cerca de concluir su próximo proyecto: competir con el BMW Z4 GT3.

El futuro proyecto de Jose María...BMW, claro está.